martes, 21 de agosto de 2012

»Capitulo 3: Jealousy.




-Danny’s POV-

Luego de la “discusión” con Heather, me encontré con Dougie y Harry para ir a tomar un café. Fui con ellos, porque sabía que podía contar con su ayuda, aunque sea escuchándome. Faltaba Tom, pero él estaba ocupado planeando con Giovanna la fiesta de compromiso.
—No puedo ser tan idiota —dije mientras me refregaba los ojos en señal de frustración.
—¿La llamaste? —preguntó Dougie.
—Sí, pero no contesta. Le dejé veinte mensajes —suspiré.
—Parece que esta muy enojada —afirmó Dougie.
—¿Enserio? —dijo Harry en un tono sarcástico.  
—Lo que pasa es esa chica a veces es demasiado terca. Me duele decirlo, pero es así —bebí un sorbo de mi latte. —Se enojó porque le dije la verdad.
—Es increíble que salga con un tipo siete años mayor que ella… —Harry movía su cabeza negando.
—Sin ofender, pero eso es lo de menos.  —Doug hizo una mueca. —Es divorciado, eso es lo peor.
—Sin duda. —agregué.
—¡Tengo una idea! Compra muchas golosinas, como a ella le gusta, renta una película y ve a su casa. Creo que será difícil evadirte. —Harry sugirió con una sonrisa.
—¡Gran idea! —exclamé. —Bueno chicos, es hora de que me vaya. Gracias por el café, por la charla y la idea. Nos vemos. —tomé mi campera y salí del café.
Pasé por una dulcería y compré todo lo que se me cruzaba, caramelos, M&M’s, chocolates, gomitas de todas las formas y unos bombones. Pagué y fui desesperadamente al video club. Renté “el diario de la princesa”, su película favorita. Admito que después de verla tantas veces, ya me agradaba. También me llevé “buscando a nemo”, esa era la preferida de los dos. Las aboné y me dirigí a toda prisa hacía su casa, cualquiera que me conociera pensaría que estaba desesperado. Era cierto, la causa era que la chica me tenía loco. Estacioné el auto enfrente, agarré las cosas que había comprado y me bajé. Caminé un par de pasos hasta la entrada y toqué el timbre. Estaba a punto de estallar, me movía de una manera impaciente, esperando a que ella me abra. Observaba las casas vecinas cuando oí que la puerta se abrió. Dí medía vuelta y me encontré con algo que no me esperaba. Me quedé como si hubiese visto a un fantasma.
—¿Tu eres? —ni siquiera dije “hola”.
—Soy Colin, el novio de  Heather. —respondió el tipo.
Fue como si me clavaran un puñal en el corazón. Hacía dos segundos que lo conocía y su presencia ya me abrumaba. Era media cabeza más alto que yo, musculoso, tenía el cabello castaño claro y corto, labios un tanto carnosos, ojos de color verde raro y la barba un poco descuidada.
—¿Quién es? —dijo una voz femenina… Era la voz de Heather.
—Danny —indiqué.
—Ah… Eres tú. —manifestó algo despreciable. —Dan él es Colin, mi novio. Colin, el es Daniel, mi mejor amigo. —nos presentó.
—Danny. —repetí como corrigiéndola. Estreché su mano para demostrarle que no era maleducado.
—Un gusto, Heather me habló bastante ti. —esbozó una sonrisa.
—Heather, ¿podemos hablar? —pregunté.
—Estoy ocupada.
—Los dejaré a hablar… —Colin regresó adentro.
—¿Escuchaste los mensajes? — interrogué apenado.
—Sí… —se rascó la cabeza.
—Lo siento, me comporté como un tonto.
—Demasiado…  Te odie tanto por un momento. Eres mi mejor amigo, se supone que debes apoyarme.
—Soy tu mejor amigo, quiero que estés bien, quiero protegerte. No quiero que te lastimen.
—Soy grande, puede cuidarme sola.
—Lo sé… Pero, por favor, entiende mi enojo. Eres como mi hermana menor. —“¡mentiroso, mentiroso! fueron puros celos. te enojaste porque otro esta con ella”. —Ponte en mi lugar un momento, ¿no harías lo mismo? —se quedó en silencio.
—Supongo que sí. —bajó la mirada.
—¿Dejamos el enojo atrás?
—Claro. —sonrió esa hermosa sonrisa.
—Había comprado dulces y rentado dos películas, pero veo que estas compañía, así que mejor me iré y dejamos esto para otro momento. —estaba realmente apenado.
—Oh, Danny. Me gustaría decir que ya se va, pero acaba de llegar. Mañana sin falta, ¿sí? Lo prometo.
—De acuerdo, más vale que estés libre. Adiós, te quiero mucho. —besé su mejilla y me marché.
Tenía una bronca. Desde ese momento supe que este idiota iba a arruinar todo.  

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